Para mejorar la resistencia, es fundamental integrar diferentes tipos de entrenamiento en nuestra rutina. La carrera continua, que consiste en mantener un ritmo constante durante un periodo prolongado, ayuda a desarrollar la capacidad aeróbica y fortalecer el corazón. Además, incorporar sprint y fartlek, que son formas de entrenamiento interválico, permite trabajar la velocidad y la potencia muscular, lo que contribuye a mejorar la resistencia general. Por otro lado, hacer sombras, una practica común en deportes de combate, no solo ayuda a trabajar la técnica, sino que también mejora la agilidad y la coordinación. Al combinar estas actividades, se puede lograr un aumento significativo en la resistencia, lo que resulta beneficioso para cualquier atleta o persona que busque mejorar su condición física.